viernes, septiembre 28, 2007

Pensando en ti...

Mamá no paramos de pensar en ti. Cada día te echamos más de menos. Y no quiero que la gente que visite este blog se quede sin compartir tu resplandeciente sonrisa y la gran alegría que muestras en esta foto.

miércoles, septiembre 12, 2007

Mamá

Mamá, me dijiste un día que no escribía sobre ti en el blog. Y ahora me da mucha pena porque no estás aquí, todavía no lo acabamos de entender y me gustaría explicarte que tú significas tanto que una entrada en el blog se te queda pequeñísima.
Tú siempre me escribías comentarios en el blog, eras mi mejor y más fiel lectora y eso me encantaba.
Eras la persona más especial del mundo Mamá, ¿qué vamos a hacer sin ti?
Espero que tú nos puedas sentir tan cerca como te sentimos nosotros y espero que nos mandes fuerza para que podamos entender lo que nos ha pasado.
Te quiero tanto mami, y te echo tanto de menos...

jueves, septiembre 06, 2007

Gelatina


Hoy hemos comido gelatina como si fuéramos niñas. Gelatina roja con moras negras.
Qué rica, y qué buenos momentos pasamos las hermanas que ya no somos niñas pero que cada día disfrutamos más juntas.

martes, septiembre 04, 2007

Final del verano

Qué pena. Reconozco que soy un animal de verano. Soy friolera, me encanta el sol y la playa y me gustan los días largos y perezosos de la época estival.

Pero dicen que todo lo bueno se acaba. Recordaré este verano con mucho cariño. Lleno de experiencias y de trabajo duro. Se han grabado en un memoria los rostros de muchos niños y mucha gente que no se me olvidarán nunca.

Aunque el verano, como cosa buena que es, tiene un fin, siempre queda ese regustillo de saber que volverá en unos meses, y de empezar a planear cómo será y de prever que será incluso mejor que este.

¡¡ Feliz fin de verano a todos !!











lunes, septiembre 03, 2007

Niños esclavos

No me sorprendió ayer el reportaje "En ruta con los ñinos esclavos" del suplemento "Domingo" del diario El País. Sí que me gustó, mucho, pero no me sorprendió. En él se narra la historia de dos niños y un adolescente que son comprados en Benin, por 50 euros los tres, y conducidos en un autobús a través de Togo y Ghana para llegar a un campo de trabajo de cacao en Costa de Marfil.

La niña de la foto no es esclava. Aunque en cierto modo es esclava de la enfermedad de su madre que está ingresada en el fabuloso hospital de las hermanas carmelitas en Sakassú, en zona rebelde en el centro de Costa de Marfil. Su madre es una enferma de úlcera de Buruli, y espera pacientemente a que las violentas úlceras se vayan cerrando con los impagables cuidados de Marian, Rosa y Teresa.

Cuando llegué a Costa de Marfil sabía que todavía existían esos campos de niños esclavos. El problema es el dificil acceso a ellos, que se encuentran fuertemente vigilados y es muy complicado localizarlos. La situación del país tampoco ayuda. La recién acabada guerra parece no haber terminado en realidad. No hay combates, pero por todos lados se ven militares y rebeldes unidos por el kalasnikov que llevan en las manos, acompañados, en una convivencia absurda, por militares marroquíes de los cascos azules de la ONU y una fuerte presencia del moderno y equipado ejército francés.

Los blancos no son bienvenidos en Costa de Marfil, cosa que tampoco ayuda. Pero no se le puede reprochar a nadie. Los franceses se han quedado allí tras la descolonización. El país es riquísimo, en recursos naturales, materias primas y cantidad abundante de mano de obra inmigrante que cobra poco y trabaja mucho. Francia no quiere dejar que nadie comparta ese pastel tan goloso. Y su avaricia y su falta de escrúpulos provocó una guerra que ha sumido en el caos al país que fue bautizado como "el milagro africano" por haber sabido levantar su economía basada en la agricultura. Por eso los blancos no gustan, pero por suerte, al comprobar que uno no es francés, sino español la sonrisa aparece de nuevo en el rostro de los marfileños.

Ahora los niños son esclavos. Lo son los que han sido vendidos por sus padres por cuatro duros ante la desesperada situación de no tener NADA. Son también esclavos de la situación de su país que ha dejado miles de huérfanos y ha provocado el cierre de escuelas y centros de formación.

Y son esclavos de enfermedades, trabajos forzados y del olvido de todos nosotros, de Francia, de las autoridades y de sus propios gobiernos que se vuelven corruptos antes incluso de llegar al poder.

Al comprobar la ruta que hacen los niños con el autobús me doy cuenta que seguramente haya visto pasar esos autobuses por el marginado barrio de Gonzagueville, en Abidján, pero no me di cuenta, creo que nadie se dio cuenta...