miércoles, abril 19, 2006

Y si...?

Y si...? es el lema de una nueva campaña publicitaria de una empresa inmobiliaria. En ella te invitan a arriesgarte a comprar tu casa y luego si cambia drásticamente tu vida, como por ejemplo tener que ir a trabajar al extranjero, pues te la recompran o algo así. Vamos, que no te preocupes que ellos se encargan de que dejes la puerta abierta a la novedad sin riesgos. Y vaya si saben lo que se hacen. Saben que la posibilidad de que tu vida cambie (y se vuelva apasionante) es más que poco probable. Así que seguramente no tendrán que hacer ninguna gestión, ni ocuparse de nada, porque tu vida se establecera pegada a un trabajo que (ójala me equivoque) te absorva por cuatro duros y condiciones precarias, y tú además no serás capaz de mandarlo a la mierda, aunque se lo merezca, por miedo. Miedo a muchas cosas. Miedo a la incertidumbre, miedo a que te digan que estás loco por dejar tu trabajo, miedo a no encajar en una sociedad conformista y miedo a arriesgarte y lanzarte a la piscina. No es que sea yo una atleta de salto de trampolín, pero las pocas veces que me he tirado a la piscina con los ojos cerrados me ha resultado bien, es más todo lo que recuerdo que merece la pena de lo que he hecho ha sido después de tirarme a la piscina. En el fondo creo que es una cuestión de confianza en uno mismo. Si te crees capaz, eres capaz y punto pelota. Así que al igual que en ese otro anuncio de una marca de coches en el que empiezas a echar raíces en la oficina si no te escapas, invito a todos aquellos que tengan sueños a que los cumplan, porque la vida se esfuma y no valdrá para nada la excusa de "es demasiado tarde", porque además pasado mañana será ya demasiado tarde. ¡ A espabilar !

martes, abril 18, 2006

Dolores postvacacionales


Para dar fé de mi carácter fluctuante del que hablaba el otro día voy a escribir una desesperanzadora descripción de mi estado. Me he pasado la noche practicamente en vela por un dolor de vesícula, que de forma inesperada esta vez no ha venido solo. Ha venido acompañado de un dolor de cabeza incipiente y persistente, que me ha hecho saltar de la cama a las 4.45 de la madrugada en busca de algún instrumento cortante para deshacerme de eso mismo, de la cabeza. Por suerte o por desgracia mi dolor de vesícula ha desaparecido casi por completo, pero, en este martes odioso de vuelta de vacaciones, el dolor de cabeza se ha venido conmigo a Castellón y creo que no tiene intención de dejarme en todo el día. Así que aquí estoy, medio dormida, porque para no complicar más la situación no me he tomado mi café de la mañana, con dolor de cabeza a modo de losa lapidaria, y con un aburrimiento conspicuo que va a acabar conmigo. Y además tengo unas agujetas mortales en la espalda y los brazos porque ayer, lunes de pascua, no se me ocurrió otra cosa que jugar a las paletas, sabiendo que hace demasiado tiempo que no hago nada de gimnasia. Siempre queda el consuelo de pensar que cuando estás mala del estómago (o de la cabeza, o de las dos cosas juntas) vas a adelgazar, aunque ni siquiera ahora tengo esa esperanza.

martes, abril 11, 2006

Pequeñas alegrias

Los que me conocen saben que tengo un carácter fluctuante, por decirlo de alguna manera. Esto es, que lo mismo estoy saltando de alegría que agobiadísima de todo. Creo que por suerte tengo más ratos buenos que malos. Y ahora tengo uno de esos ratos buenos. No porque esté en una oficina sin ventanas y tenga que esperar para irme a casa perdiendo el tiempo, sino porque hace un rato me decidí a hablar con mi jefe y con su mesurada comprensión y un poco de ingeniería de la mentira piadosa por mi parte he conseguido el contrato que yo esperaba y he aplazado temporalmente mi contrato fijo (que aunque parezca mentira es lo que había planeado). Así que me espera un verano en el que espero pueda cumplir un sueño de hace tiempo, o quizás dos, y eso me hace sentir mucho mejor. ¿Qué alegria no? Bueno, no creo que se entienda mucho lo que he querido exponer, pero la verdad es que me da un poco de miedo aventurarme a contar mis planes sin tenerlos confirmados. Pero con un puente por delante, con el sol que brilla hoy combinado con una exquisita brisa fresca, y un viaje (aunque sea corto) esperándome, pues veo las cosas con mucho optimismo. Espero contagiaros un poco.

lunes, abril 10, 2006

Libros

Hace poco que leía en una entrevista a Victoria Abril que prefería vivir la vida a que se la contaran los libros. Bien, felicidades para Victoria si es que es ha conseguido ser inmortal. En mi modesta opinión la vida es corta y además sólo tenemos una. Así que me parece la opción más acertada disfrutarla al máximo y tratar de vivir todas las experiencias que podamos. Ahora bien, la vida da mucho de sí, y no se limita a la que nosotros podamos o queramos vivir. Por eso en los libros puedes encontrar trozos de otras vidas, historias apasionantes y apasionadas que por suerte o por desgracia nunca podremos vivir en nuestras carnes. Así pues creo que la fabulosa actriz hubiera estado más acertada reconociendo que no le gustan los libros y ya. No hacía falta tildarlos de pedagogos y pretenciosos a la hora de enseñarnos lo que es la vida. Un libro cuenta historias, reales o ficticias, que estimulan nuestra imaginación, nos hacen compañía, nos llevan de viaje a lugares maravillosos o a lugares horribles, nos relatan los tiempos pasados y un sinfin de cosas que los hace un buen compañero. Respeto a todo aquel que no le gustan los libros, pero respeto aún más a la gente que es capaz de reconocer sus gustos aunque sean contrarios a lo políticamente correcto (todo el mundo afirma que le gusta leer, pero muchos no recuerdan el último libro que leyeron) sin tener que criticar a los pobres libros, que no tienen culpa ninguna.

viernes, abril 07, 2006

Es fin de semana...

Comienza mi particular festival. Ni mucho menos como el que pintaba el mítico (o desmítico, si es que se puede decir) Chimo Bayo, sino todo lo contrario. Al contrario que a la gente normal, a mi me espera un fin de semana de trabajo y de pocas horas de sueño, y encima diurnas, que dicen que se descansa menos. Lo dicen y es cierto, porque si tus vecinos de la calle de atrás tienen un perro de no más de un palmo de altura que produce un ruido infernal y constante cada vez que pasa algo o alguien por la calle. Este supuesto se repite con frecuencia cuando hablamos de la mañana del sábado y el domingo. Así que una que es protectora y amante de los animales se sorprende a sí misma imaginando formas de acabar con el chucho. Luego cuando te despiertas piensas que qué animal eres, pero en ese momento de duermevela te ves disfrazada de espía matando de forma limpia y sin pruebas al pobre can. En fin, que esperemos que las dos largas noches que se presentan en la recepción no sean muy moviditas, recemos para que con el calor a la gente le de agobio entrar en una discoteca cerrada. Y si viene la avalancha, pues la aguantaremos, qué remedio. Siempre nos quedará la siesta de las "Sleepy sisters" de las 6 de la mañana en el Cash Office, pero eso es otra historia.

lunes, abril 03, 2006

Primer contrato

Desde hace dos meses asisto ilusionada a la visión de miles de estudiantes franceses contra la aprobación del la ley del "primer contrato" para menores de 26 años. Con la publicación hoy de la ley, se consolida la decisión del presidente Chirac de apoyar la polémica ley del primer ministro Villepin. Aunque no entrará en vigor hasta dentro de uno o dos meses, lo hará con modificaciones, que en mayor o menor medida han sido motivadas por la actitud inconformista de la mayoría del estudiantado y la ciudadanía en general. Y me emociona ver a esos estudiantes porque precisamente es eso lo que me parecen, estudiantes, que no se conforman con las injusticias y que se han lanzado a las calles a exigir ni más ni menos lo que les corresponde por derecho en democracia, esto es la soberanía. Al margen de los rencores o los prejuicios hacia los franceses que tenemos los españoles, creo que es de aplauso, de ovación, lo que están haciendo nuestros vecinos.
Pero mi reflexión me obliga a mirarnos al ombligo. ¿Acaso pasa algo mejor en España? Puede que no sea tan evidente, que no quede registrado en una ley injusta, pero ¿qué futuro laboral tenemos los jóvenes españoles?. Renovaciónes infinitas de contratos de tres meses, un mes o una semana; jornadas laborales de diez horas sin pagar extras; imposibilidad de encontrar un trabajo digno después de obtener la licenciatura o la diplomatura; y un largo etcétera.
Me gustaría ver a los jóvenes españoles en la calle, protestando por algo que les incunve y, lo que es mucho más importante, que les nazca a ellos y no a un partido político que sólo busca la confrontación con el único fin de generar más confrontación.