miércoles, marzo 05, 2008

Islas

En un día tan frío como hoy, con el viento helado que lo revuelve todo y te congela la cara. Y en un día en el que el trabajo lo absorbe todo, te exprime las energías y las fuerzas, sólo puedo pensar en una isla.
Una isla en el mar, revuelto un día y calmado el otro, en el que tengo que esperanza de que todavía haya pequeños trozos de tierra sin haber sufrido la corrupción del ser humano.
En esas islas y en toda el agua del mar está mi madre. Nadando, tomando el sol y andando por la orilla, saludándome, "voy a dar una vuelta más". Y espero que esté también disfrutando para siempre de la eternidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las islas tienen algo especial, la mayoría de veces son muy pequeñas, pero inconsumibles.

Yo ya estoy deseando que zarpemos hacia Ibiza y Formentera, tengo muy buenos recuerdos de ambas y cada vez que vamos para mi es como una cura de salud y un punto y aparte. Siempre vuelvo con las pilas cargadas, con las maletas llenas de energía positiva, pero sobretodo, más tranquilo y más benévolo.

Tu madre era como estas islas. Siempre con las pilas cargadas, con una vitalidad que podía sacar lo mejor de cualquiera, incluso en los momentos en los que no apetece ni respirar, consiguiendo olvidarlos y pasar un buen momento. Tu madre era una persona muy especial y como tal merece estar en un sitio muy especial, ese sitio no puede ser otro que no sea una isla. Su isla en la que pueda estar todo el día tomando el sol, bañandose en la playa, andando, almorzando su bocata de jamón con aceite de oliva del alto palancia o haciendo "torrás", que es lo que más le gustaba y con lo que más disfrutaba.

Tu madre está en su isla, pero también está con nosotros, siempre tendrá un hueco entre nosotros, formará parte de nosotros y nos acompañará, porque ella es especial, nos dejó marcados y nunca podremos olvidarla, además ella nunca nos abandonará, no va con su personalidad.