miércoles, enero 30, 2008

Belleza

Hoy he ido a la cárcel. Por suerte no he visitado a nadie, ni he ingresado yo por haber cometido un delito. La moderna prisión está todavía sin estrenar, pero es tan diáfana, tan moderna, tan.... deprimente. Ha sido toda una paradoja tener que ir a la cárcel hoy precisamente que me sentía TAN mal.
La suerte es que de camino, mientras llegaba, he tenido la maravillosa visión de los almendros en flor. Un espectáculo formidable. Siempre he pensado que la verdadera belleza está en las personas y que va mucho más allá de ser guapo o feo.
Pero hoy no he tenido duda de que los campos de color rosa y que las delicadas flores de los almendros también son un claro ejemplo de belleza. Y pensándolo bien, de belleza mucho más pura de la que podré encontrar en un humano.
Así que por lo menos he tenido un momento agradable que ha salvado este día tan horrible.
Eso y el croissant con chocolate que me acabo de comer.... pero eso ya es otra historia.

martes, enero 29, 2008

Favores

Esta es la cara que se me ha quedado después de pedir un favor hoy. No era gran cosa, os lo aseguro, pero esta es la cara que se me ha quedado. La respuesta queda clara, no?
Y la foto del fondo refleja bien mi sentimiento, así que voy a obviarlo. Como también me voy a ahorrar el referirme al favor en cuestión.
Supongo que el último favor que pedí, lo hice a un amiga/o de verdad. Y desde hace unos meses, cada día me doy más cuenta con quien he estado perdiendo el tiempo y con quien no.... Ya sabéis, "hay tantas cosas yo sólo preciso dos, mi guitarra y vos, mi guitarra y vos".
P.D. : Reconozco que también me he puesto muy triste...

lunes, enero 28, 2008

Periodistas

Al menos a Fosca parece que le interesa mucho lo que dice el periódico. Por desgracia no ocurre lo mismo con la mayoría de la población.... Es que... tantas letras juntas no??
Los periodistas hemos escuchado muchas veces que nuestro trabajo acaba envolviendo un bocadillo, sirviendo de wc para el canario o para regañar al perro.
Pero mira tú por donde, aquí hay dos perras maravillosas que le han dado dos usos más. Fosca interesadísima en un sesudo artículo y Silke, la pobre con su bozal despúes de la operación, encontró en El País una cama ideal.

martes, enero 22, 2008

Buenos días con café

Buenos días de martes a todos. Especialmente a ti, Rubén, por ser el protagonista de esta imagen que tanto me gusta y que, por suerte, me trae buenos recuerdos. Y también buenos días al protagonista principal de los desayunos: el café. Tan bueno y tan reconstituyente, yo suelo decir: "sin el café no soy persona". Y aprovecho para pedir cita públicamente para desayunar con Lorena, que empezar el día juntas y compartiendo café se está convirtiendo en una de mis aficiones favoritas. Y os deseo a todos buena suerte para este día, esta semana, este mes y este año. Espero que el majestuoso búho sueco de Skansen ayude. Al menos estoy segura que a Mamá le hubiera encantado el bicho.

domingo, enero 20, 2008

Tardes de domingo

Las tardes de domingo son aquellas en las que normalmente echo de menos vivir en una ciudad para poder salir un rato sin prisas ni apreturas a tomar algo a un bonito café de los que no hay en mi pueblo. Esos en los que hay gente tranquila, contando cómo les fue el sábado noche en el club de moda o en casa de unos amigos cenando y jugando a las cartas. Y sobre todo echo de menos las calles húmedas, el murmullo de los autobuses y las luces de los semáforos. A lo mejor es que tengo nostalgia del futuro y en el fondo del estómago presiento algo que va a pasar y no sé muy bien cómo o cuándo, o ni siquiera si pasará.
Cuando la vida de una persona que representa el pilar de tu propia vida desaparece sin avisar, te queda una sensación de vacío permanente. Entonces te miras por dentro y te planteas si realmente estás haciendo lo que quieres, o simplemente te estabas dejando llevar por la inercia de un oleaje general.
Ahora me doy cuenta que hay muy pocas cosas trascendentes, y que si quieres hacer algo, hay que actuar, hacerlo, arriesgarte, y, p
or qué no, equivocarte. Aunque reconozco que cuesta arrancar, hay que empezar por pequeñas cosas, y poco a poco te vas dando cuenta de lo que merece o no la pena.
Y aunque haya pasado una buena tarde, en el cine, la sensación que tengo ahora es la misma que me ha dejado la película, un poco a medias. Así que hubiera estado bien un paseo de última hora por las aceras húmedas de alguna gran ciudad.